No a la represión, castigo a los asesinos de los campesinos
Asamblea Constituyente que barra con todas las podridas instituciones del régimen paraguayo
La salida no es aceptar la falsa “institucionalidad” como hace Lugo sino desarrollar la más amplia movilización.
Hace pocos minutos ha quedado destituido Fernando Lugo en Paraguay. Si bien se trata de una medida “institucional”, la destitución no deja de tener un contenido semigolpista. Si por un lado, la destitución es parte de los mecanismos del régimen y asume en reemplazo el vicepresidente Hugo Franco, es evidente el contenido real golpista de lo que esta ocurriendo en Paraguay.
Por su contenido, se trata en el fondo de una revancha de los sectores latifundistas contra los campesinos del hermano país por su resistencia en defensa de la tierra, contra los propietarios y en repudio a la barbarie represiva del estado capitalista paraguayo.
Por otra parte, también rechazamos la actitud de Lugo. Su aceptación de la destitución ha sido sin pena ni gloria, escudándose trás la formalidad del respeto a la “institucionalidad”: una institucionalidad que no es otra que la de la “democracia” burguesa paraguaya, podrida hasta su raíces mas intimas, representativa de los latifundistas, la narco-burguesía y el resto de la putrefacta patronal mafiosa del país.
Al mismo tiempo, nos solidarizamos con los explotados y oprimidos del Paraguay, del campesinado y sus trabajadores, que están movilizados en las calles y están siendo brutalmente reprimidos mientras que Lugo se va pacíficamente.
La caída de Lugo es otro ejemplo de cómo el reformismo lleva muchas veces al golpismo. Hay que decir que el vaciado gobierno de Lugo estaba siendo desbordado por izquierda, ante la vacuidad de su gestión, que no fue capaz de cumplir con una sola de sus promesas.
En todo caso, creemos que la salida pasa por la amplia movilización de masas, la defensa de la tierra para los campesinos, de una reforma agraria radical y la imposición de una Asamblea Constituyente que barra con la podridas instituciones de la “democracia” latifundista del país.
Por ultimo, la causa antigolpista del Paraguay debe ser bandera de todos los pueblos latinoamericanos, porque todo golpe o destitución reaccionaria es un antecedente contra los explotados y oprimidos de continente, tal cual ocurrió tres años atrás en Honduras. ¡Esto no debe dejarse pasar! Y por esto mismo, exigimos a los gobiernos de la región la inmediata ruptura de relaciones con el nuevo gobierno semigolpista de Franco.